Hoy es un día triste para los madridistas. Preciado, quien insultó a José Mourinho antes del partido de ida, nos birla la Liga ante un encuantro nubloso y mediocre.
El Sporting tenia bien claro lo que debía hacer, encerrarse atrás y esperar su oportunidad. Di María y Özil, no estuvieron tan finos como de costumbre y el Madrid lo pagó. Lass y Khedira fueron los mejores del encuentro, el francés defendió a las mil maravillas y el alemán ayudó ofensivamente al equipo. Granero, por otra parte, no estuvo nada acertado y tuvo que ser sustituido.
El equipo en sí ha estado bien, pero hoy a faltado esa determinación, esa jugada clave que hace al Madrid tan poderoso y, es normal, debido a las ausencias de Marcelo, Cristiano y Xabi Alonso. El tolosarra, es sin duda, el que más se a hechado en falta. Es nuestra brújula, nuestra columna vertebral, sin él no podemos desplegar nuestro juego a la perfección.
El Madrid no había generado peligro alguno en la primera mitad; Ya en la segunda, se acercó más a la portería rival, pero sin éxito. Los minutos pasaban y el Madrid estaba mostrando varios síntomas de nerviosismo. Más no lo pudieron estar a partir del gol de De las Cuevas en el minuto 79. Un gol que destrozó a los de Mourinho.
Pero el Madrid nunca se rindió. Con la entrada de Pepe, el Real Madrid jugó con tres centrales y todo el equipo arriba. Gozamos de numerosas oportunidades en el tramo final del partido, pero el portero sportingista no quería desbaratar lo que a su equipo tanto le habia costado.
Ni con Ramos de delantero y Khederia de extremos pudimos romper el marcador. El Pipita tuvo la mejor ocasión del Madrid, nada más salir, una vez que a Di María le dio por pasar. Tiró al muñeco, pero alimentó el ego de Juan Pablo, que acabaría siendo decisivo.
Si hoy el Barcelona gana o empata con el Villarreal podemos decir adiós a la Liga, y esta vez no es ninguna broma.
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