domingo, 15 de abril de 2012

Cristiano nos salva media Liga

Después del partido ante el Valencia dónde el Madrid jugó de perlas (sin lograr abrir el marcador), el encuentro ante el atlético de Simeone era posiblemente uno de los más importantes de este año. Cristiano volvió a dar fe al madridismo con dos zambombazos y otro gol más para su cuenta particular en su lucha contra Messi para la Bota de oro. El partido en muchos momentos se puso cuesta arriba sobretodo con el gol de Falcao que daba el empate a uno. Una vez finiquitado el partido en el calderón, al Madrid le quedaba posiblemente la cita más "light" hasta el final de temporada. El Sporting de gijón venía al Bernabéu con pie y medio en segunda. Pero al estar en la mejor liga del mundo no te puedes fiar ahora mismo ni del Zaragoza con nueve.


El Sporting se puso por delante en el Bernabéu y estuvo muy cerca de provocar un incendio que hubiera convertido en una broma lo del Valencia. Pero el portugués parece decidido a conquistar esta Liga. O, al menos, a tirar de su equipo hasta donde le alcancen las fuerzas. Por ese lado, el Madrid puede estar tranquilo. Por otros, se aprecian señales inquietantes.

Mourinho consideró el partido una prueba sencilla. Lo evidenció la titularidad de Sahin, al que volvió a dar una oportunidad de sumar kilómetros. El turco resumió la actuación del Madrid en el primer tiempo: tímida, intrascendente, fría. Ni él ni Özil (con Khedira no se cuenta para semejantes lujos) generaron juego ante un rival que rodeó de hormigón armado la puerta de Juan Pablo. No hubo amplitud, no hubo bandas, no hubo toque suficiente para ablandar las líneas de un rival que fue creciendo en torno al despliegue de Lora y al talento de Trejo.

El argentino estuvo a punto de aprovechar el enésimo error de Arbeloa, un futbolista no hace mucho tan seguro como un banco suizo y en las últimas semanas un manojo de nervios. Como Pepe, aunque esto, por desgracia, ha dejado de ser noticia. Al caos se sumó algún jugador más después del gol de De las Cuevas, tras un claro penalti por manos de Ramos ante Trejo. El central, sin embargo, se desquitó con el pase a Higuaín para el 1-1 y con otro buen balón a Callejón que pudo significar el 2-1 al filo del descanso. Él solo generó más fútbol que toda el cuerpo creativo de su equipo.

Al descanso, Mou se vio obligado a rectificar. Fuera Sahin y Callejón y dentro Benzema y Di María. Es decir, tratamiento de partido grande, porque grande era el riesgo de un nuevo tropiezo. Los cambios tuvieron, ante todo, el efecto de activar a Özil, que estuvo más lánguido que nunca en el primer tiempo. En el segundo, mejor rodeado, pudo empezar a tejer algo de fútbol. No demasiado, porque el Sporting nunca pasó demasiados apuros y hasta amagó con algún nuevo susto ante la nerviosísima defensa blanca.

El partido apuntaba a tragedia hasta que Cristiano, casi siempre varado en la tupida red de defensores sportinguistas, cabeceó a la red un centro de Di María. El portugués respondió al cariño de la grada tocándose el escudo. Justo lo que él representa en estos momentos para las ilusiones del madridismo, que siguen intactas tras un partido que cerró Benzema. Su gol, a pase de Özil, igualó los 107 del Madrid de la Quinta. Pudieron llegar más, pero el reto del récord queda para el Camp Nou. No es el único ni el mayor que aguarda al Madrid en la próxima semana, la más importante del curso.

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