El Madrid superó con matrícula la prueba del Reyno. Lo hizo con la
enorme solvencia que volvió a facilitar la contundencia de sus tres
delanteros, que suman ya 99 goles en todas las competiciones, uno menos
que el líder en esta Liga. Abrió la cuenta Benzema con una volea
estratosférica, siguió Ronaldo con un misil y cerró el primer tiempo
Higuaín con una 'delicatessen' ante Andrés. En la segunda mitad, Nino
abrió un resquicio a la esperanza local, pero Ronaldo e Higuaín acabaron
reduciendo a cenizas la resistencia de Osasuna. Un golpe en la mesa con
todas las de la ley del líder en uno de los campos donde le esperaban
sus perseguidores.
La contundencia del ataque madridista, la magnitud de sus números,
volverá a ocupar tertulias y debates, pero no debería ocultar un
decisión trascendente: sin Khedira ni Lass, Mourinho optó por Granero en
el medio, donde todo el mundo esperaba a Coentrao. El partido no
parecía del perfil del madrileño, pero el centrocampista jugó y rascó
cuando tuvo que hacerlo. Subió un escalón, ya que el fútbol se le
supone. En el Reyno aportó más que eso. También oficio, como Raúl
Albiol, reclutado tras un largo periodo de sombra. Respondió de forma
positiva.
Lejos del trivote de Villarreal, el Madrid volvió a ofrecer la imagen demoledora que le ha distinguido en varios tramos de la temporada. La de primeros tiempos como los de Málaga, Valencia o Sevilla. El de Pamplona estuvo a la altura en cuanto a juego, pero le superó por la factura de los goles. En el primero, Benzema aunó talento y potencia, dos virtudes en apariencia contrapuestas, en las que luego firmarían sendos doctorados Cristiano e Higuaín. Aunque seguramente fue el temprano gol del francés el que descolocó a Osasuna, que se vio en un escenario temible para cualquier equipo: obligado a ir a por el Madrid y a dejar muchos metros a su espalda. La pradera del Reyno fue un patio de juegos para los blancos, en especial para Özil, que volvió a jugar de puntillas, y para Cristiano, que se ensañó con Roversio.
Tras las turbulencias de Villarreal, el rearme moral del Madrid
volvió a evidenciarse en el segundo tiempo, que se inició con un buen
cabezazo de Nino a centro de Roversio. Toda la acción gozó de la
aquiescencia de la zaga blanca. Acto seguido, Cristiano le quitó un gol
cantado a Higuaín. Una situación que en otras circunstancias hubiera
podido alterar al líder. No esta vez. El Madrid esperó con paciencia
hasta que Osasuna, reventado, se partió en dos y zanjó la cuestión con
otro par de goles. Pudo añadir alguno más a una victoria que le permite
tachar otra fecha en su particular carrera contra el calendario. Y no
una fecha cualquiera.
31.J.Liga.BBVA.Osasuna -R.Madrid.HD.11-12.Sonido... por ResumenesRealMadrid
Fuente: Marca
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