Crear un ambiente épico era necesario para que el Real Madrid diera la vuelta a la eliminatoria ante el Borussia Dortmund. Pero eran muchos los que afirmaban que, al final, lo que importa es el fútbol que se pueda desplegar. 80 minutos les dieron la razón, y otros diez de absoluta locura y casta, estuvieron a punto de arrebatársela. Diez minutos en los que el conjunto blanco demostró que incluso cuando agoniza, sigue siendo sumamente peligroso, aunque recurra únicamente al empuje y la garra como métodos de ataque.
Volvieron a estar faltos de fútbol -salvo en lo aportado por un excepcional Luka Modric-, pero esta vez se guardaban uno de esos arreones marca de la casa. De esos que sólo el Real Madrid es capaz de protagonizar y que, aunque sea durante unos instantes, es capaz de poner contra la cuerdas a cualquier rival. Un gol de Benzema y otro de Sergio Ramos en el tramo final del encuentro, metieron el miedo en el cuerpo a un Borussia Dortmund que hasta entonces se había mostrado impecable.
El Madrid lo tuvo cerca si reducimos todo a que llegó a los últimos cinco minutos con la necesidad única de un gol, pero el global de la eliminatoria nos dice que la clasificación estuvo muy lejos. Y no sólo por lo visto en el trágico partido de ida, sino también por la vuelta.
Los de José Mourinho sólo fueron capaces de imponerse a su rival durante media hora: los primeros 20 minutos, y los últimos diez. Salieron al terreno de juego como se esperaba: presionando muy fuerte y arriba, intimidando al rival, forzando multitud de saques de esquina y creando varias ocasiones muy claras. Pero en cuanto la condición física comenzó a flaquear y el Borussia se sacudió esa presión, se volvió a evidenciar que a día de hoy, los alemanes son un equipo mucho más sólido.
En la segunda parte el Real Madrid no recuperó el dominio. El equipo estaba roto, con Modric siendo el único vínculo entre defensa y delantera. Preocupante imagen la de Xabi Alonso durante toda la eliminatoria. Totalmente superado por la exigencia física y huérfano de su habitual claridad en el pase. Aunque buena parte de ese mérito hay que dársela a Klopp, que supo tapar con sus piezas las posibles vías madridistas. Por eso el que brilló fue Modric gracias a su mayor movilidad.
En lo referente al ataque, el Madrid echó de menos al mejor Cristiano Ronaldo. El portugués estuvo voluntarioso y dispuso de una buena ocasión, pero se notaba que no estaba totalmente recuperado de esa inoportuna lesión. Aunque el mayor perjudicado del partido ha sido, sin lugar a dudas, Higuaín. Su trabajo es innegable, pero con eso no basta para ser delantero del Real Madrid. La Liga de Campeones se le atraganta, todo lo contrario que un Benzema que creó mucho más peligro en la mitad de tiempo que el argentino. En el cambio, el Bernabéu sentenció al Pipa. Su salida este verano es una apuesta sobre seguro.
El Borussia Dortmund es justo vencedor de la eliminatoria. Un equipo que ya en pretemporada avisó de que, este año, su objetivo prioritario era la Liga de Campeones. El presumible duelo alemán que se espera para la final promete ser uno de los partidos más apasionantes de los últimos años. Y aunque todos apuntarán al Bayern de Múnich como favorito, este Borussia ha demostrado que tiene calidad y disciplina de sobra como para ganar a cualquiera.
En cuanto al Madrid, hoy hay que reconocerle el mérito por su entrega hasta el último minuto y haber estado tan cerca de otorgar una noche legendaria a su afición. El Madrid desmostró que si quiere, es el mejor equipo del mundo. Pero mañana tocará hacer análisis, sacar conclusiones y darse cuenta de que, el global de 4-3 en la eliminatoria, es muy engañoso.
Fuente: NotasdeFútbol
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