No estuvimos ante el día de la marmota, ese que convierte al Madrid en insuperable derbi tras derbi. Manzano partió sin el abrigo del trivote y quedó libre de sospecha, y el Atlético resultó un equipo organizado pero también audaz, rematado por un delantero en explosión, Adrián. Ningún 'nueve' ha desactivado a Ramos y Pepe tanto como él en lo que va de curso. Aguantó, arrancó, amagó y abrochó el 0-1 en una jugada en la que siempre llevo él la voz cantante. Todo y eso, la jugada pudo ser anulada por un posible fuera de juego del asturiano a causa del ligero toque de Silvio con el tacón.
Pero no sólo llegó el soberbio asturiano. El Atlético le puso acompañamiento a su talento, con los estirones de Perea, la sutileza de Arda y algún brochazo de Diego, que hizo horas extras cerrándole la salida a Xabi Alonso. La contramedida del Madrid le llevó a la imperfección de los comienzos de la era Mourinho, a la tentación del juego directo, de saltarse cuatro estaciones. Eso le volvió impreciso y previsible durante un tiempo. Marcelo se equivocó demasiado, Di María se perdió en gestos, Cristiano extravió la solidaridad, Özil no ejerció la autoridad. Además, el Atlético se lió a dar patadas a ton ni son, impidiendo que el Madrid pudiera salir con comodidad jugando la pelota.
Penaltis más que claros, y rojas merecidas. En aquel escenario actuaba con más soltura el Atlético hasta que se cruzó un gato negro en su camino. Abundan en los derbis y casi todos pasan ante sus barbas. El Madrid encadenó una buena tanda de muletazos cortos que pusieron a Benzema ante Courtois. El belga se lo llevó por delante. El Madrid empató y el Atlético se quedó con diez. Y entre esos diez ya no estaba Diego. Una renuncia excesiva, pese al contratiempo.
Entonces sí emergió un Atlético blindado y áspero, liderado por Gabi, que se protegió sin contemplaciones a uno y otro lado de la ley, con menos salidas de Adrián, aunque todas con buena dirección. Aquel vigor heroico no le duró demasiado. Pronto le faltó el oxígeno y el partido pasó a ser del Madrid, primero en la pelea cuerpo a cuerpo. Luego con la claridad que se temían los atléticos más deprimidos. El Madrid empató y el partido se tiño de blanco.
Entonces sí emergió un Atlético blindado y áspero, liderado por Gabi, que se protegió sin contemplaciones a uno y otro lado de la ley, con menos salidas de Adrián, aunque todas con buena dirección. Aquel vigor heroico no le duró demasiado. Pronto le faltó el oxígeno y el partido pasó a ser del Madrid, primero en la pelea cuerpo a cuerpo. Luego con la claridad que se temían los atléticos más deprimidos. El Madrid empató y el partido se tiño de blanco.
Di María, que bueno que volviste! El Ángel del Real Madrid se recuperó de su lesión y volvió a los terrenos de juego más fresco que nunca. Es un as en el uno contra uno y dejo detalles de calidad de tal calibre que asombraron al Santiago Bernabéu. Marcó el 2-1 y sentenció al equipo de Manzano
Dureza estrema- Si eres culé o atlético, probablemente te quejes del arbitraje del partido, tal y como hizo Dominguez, defensa del Atetico de Madrid:
Dureza estrema- Si eres culé o atlético, probablemente te quejes del arbitraje del partido, tal y como hizo Dominguez, defensa del Atetico de Madrid:
Os recomiendo muy gratamente que volváis a mirar el partido y una vez hecho,empecéis a opinar de nuevo, ya que tanto los penaltis como las rojas son más que merecidas. Es más, Arda Turan tendría que haber visto la segunda amarilla y el equipo colchonero quedarse con ocho; Y no hablar de la entrada de Perea a CR7...
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