miércoles, 11 de enero de 2012

Málaga 0 - Real Madrid 1

Cuando un futbolista está de dulce recurrir a él para resolver un problema siempre es una solución inteligente. El Madrid jugaba con fuego a falta de 20 minutos para el final y Mourinho decidió dar entrada a Benzema, renqueante de un golpe sufrido el sábado ante el Málaga. En dos minutos, Benzema marcó y anunció dos nuevos Clásicos para cuartos de final. Esta vez, con la inestimable ayuda de Willy Caballero.


En uno de los contados contragolpes que concedió el Málaga, Özil dispuso a Benzema de una ocasión franca para marcar. El francés buscó con el interior el poste más lejano, pero su disparo salió centrado, directo a la figura de Willy Caballero. El meta del Málaga no colocó bien su cuerpo y quiso atajar el balón con los dos brazos sin la coraza de su pecho o sus muslos. Gravísimo error: el balón se le resbaló y pasó mansamente entre sus piernas hasta superar la línea de gol. Ahí acabó el sueño malaguista.

Hasta ese momento el equipo de Pellegrini estaba totalmente vivo en la eliminatoria. La idea de Mourinho de marcar en la primera parte y matar el encuentro a la contra chocó de bruces con el plan malaguista, que consistía antes de todo en no encajar un gol. En la primera mitad no pasaron demasiados apuros e incluso dispusieron de alguna oportunidad para adelantarse. Tras la reanudación, en cuanto se abrieron, las llegadas del Madrid se hicieron cada vez más peligrosas.

Mourinho volvió de inicio al sistema habitual en la Copa de la temporada pasada, con el trivote o "triángulo de presión alta", como le gusta llamarlo al luso. El problema fue que el Málaga le dio el balón y ahí echó en falta algo de fantasía. Sin Di María y Özil al Madrid le faltó verticalidad. Sin Benzema, le faltó claridad para ver portería.

Cristiano no marcó la diferencia y Kaká, sustituido en el descanso, repitió su versión más gris. Quien más cerca estuvo de marcar en el primer periodo fue Khedira, lesionado en la misma jugada por un pisotón de Demichelis que Pérez Lasa pudo interpretar como penalti.

Al tiempo que Benzema entraba al terreno de juego Mourinho intercambiaba las posiciones de Marcelo y Coentrao, quien en 90 minutos jugó de lateral zurdo, extremo derecho, mediocentro y de nuevo lateral zurdo, en otro alarde del técnico de la sobrevalorada polivalencia de su compatriota.

Faltaban 20 minutos y el Málaga seguía a un tanto de dar el primer revés de la temporada al Madrid. Pero el equipo capitalino tenía un arma escondida. Benzema hizo en dos minutos lo que sus compañeros no pudieron en 68. La tímida sonrisa de su celebración delataba la seguridad del galo. Ahora el Bernabéu espera al Barcelona aferrado a la figura de Karim.

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