jueves, 22 de marzo de 2012

Villarreal 1 - Real Madrid 1

1. Se repite la historia. Empatamos con el Villarreal (1-1) en un partido prácticamente calcado al del Málaga. También nos adelantamos, también nos empataron a balón parado y también sufrimos un arbitraje ruín y miserable, en este caso a cargo de Paradas Romero. Hemos perdido cuatro puntos en tres días, en lo que es nuestro peor momento en mucho tiempo, y que además parece coincidir -casualidades de la vida- con una campaña arbitral salvaje en nuestra contra. Confío en que sepamos salir de esta situación como hemos hecho en tantas otras ocasiones, y que esto sea sólo un mal trago pasajero.   

2. Trivote de quita y pon. El partido del Málaga había dejado dudas en el centro del campo madridista, con lo que Mourinho quiso asegurar con un trivote, situación que suele imponer siempre el portugués para salir de trances complicados. Lass entraba en el once, siendo Kaká el sacrificado. Pero Paradas amonestaba al francés pasados sólo tres minutos de juego, coartando así cualquier posible incidencia que pudiera tener en el juego de presión este futbolista. Quizá por la tarjeta o quizá porque la banda derecha estaba siendo un páramo, concentrándose todas las acciones en la izquierda, Mourinho sólo tardó media hora en deshacer su invento, dando entrada a Callejón por el propio Lass, quien no habría terminado el partido a buen seguro, ya que todos pedían amonestación en la segunda falta que hizo. Amonestación que no vio él, ni tampoco los numerosos jugadores del Villarreal que hicieron faltas dignas de amarilla estando ya amonestados, llámense Bruno, Cani, Ángel, etc. Pero luego me explayaré.   

3. Descontrolado. El ansia pudo al Madrid en la primera mitad. Los ataques se sucedían por arreones, Benzema estaba extrañamente desaparecido y sólo el coraje de Ronaldo daba alas al conjunto, cuyo escaso peligro venía en jugadas a balón parado. Además, el control estaba dividido por momentos, y las contras del equipo amarillo resultaban muy peliagudas, en especial una que sacó Casillas (antihéroe ayer) tras un fallo garrafal de Ramos. Los de Lotina cortaban el juego con continuas faltas, animados por la poca severidad del árbitro para señalarlas o castigarlas con amarilla, todo lo contrario que en el otro lado. Un buen ejemplo de esto fue Bruno, ese carnicero que se hace pasar por futbolista en sus ratos libres, quien pisó alevosamente el tobillo de Callejón, estando ya amonestado, en una jugada por otro lado de tarjeta roja, pero que el árbitro dejó pasar, quién sabe si por una imaginativa concepción de la ley de la ventaja, sin pitar siquiera el libre directo consiguente. El resultado de la jugada benefició al infractor, ya que Callejón se retiraría lesionado. Todavía pondría más salsa al encuentro el cobarde colegiado al sacar tarjeta amarilla a Pepe por recibir un manotazo en la cara, al interpretar teatro. Ni la sangre en la cara del defensa del Madrid le hizo cambiar de opinión.   

4. Segundo tiempo. Se adivinaba complicado el segundo periodo. Altintop entró por Callejón y terminaría haciendo la falta del gol del empate (bastante dudosa, tal que la de Granero el otro día). El árbitro se ocupaba de no dejar jugar, más preocupado por las movidas del banquillo que por lo que pasaba en el césped. El Madrid, aunque cueste decirlo ahora, mejoró en la segunda mitad. Dos extremos puros (Ronaldo izquierda, Altintop derecha) para abrir el campo, dos mediocentros, Özil de enganche y Benzema arriba, el orden había llegado. Pasamos a tener el control absoluto, gozando del balón casi todo el tiempo, pero faltaba profundidad. Hasta que llegó un arranque de genio: Cristiano combinó con Özil, que se la devolvió de tacón al portugués, dejándolo solo delante de Diego López para marcar un gol importantísimo que podía definir el partido   

5. Locura. A partir del gol, no sé muy bien cómo explicar lo que pasó. Los blancos trataron, a diferencia del día del Málaga (referencia constante en este resumen) de controlar el juego con pases cortos y sin riesgo. Incluso Higuaín entró por el desacertado Benzema para tratar de cerrar con el segundo. Pero entonces el Villarreal invocó a lo único que le quedaba, el otro fútbol, ese en el que tan bien se desenvuelven tantos equipos. Buscaron las cosquillas de nuestros jugadores hasta desquiciarlos para tratar de sacar ventaja, y bien que lo hicieron. Todo con la venia (y vuelvo a nombrarlo) del colegiado. Hubo un momento en el que nos doblaban en número de infracciones y estábamos igualados en amonestaciones. Luego incluso les superaríamos. El caso es que la cadena de desgracias del final del partido fue dolorosa, falta (?) de Altintop, innecesaria en todo caso, gol de Senna en el free kick, nuevamente como Cazorla por el palo de Casillas, expulsión de Ramos por reiteración, expulsión de Özil por aplaudir (!), expulsión de Mourinho porque sí y final del partido pensando que un punto es, incluso, un buen resultado entre toda esta vorágine de acontecimientos desgraciados  

6. Tinglado. Ya el otro día Ayza Gámez se lució en el Bernabéu, y recelábamos del arbitraje que pudiera esperarnos hoy, pero creo que lo de Paradas superó todas las expectativas. Como he dicho antes, más allá de jugadas concretas, fue el tipo de actuación que desquicia a un equipo, menospreciándolo, humillándolo y no dejándolo jugar. Laxo con el juego sucio del Villarreal, perdonó al menos tres expulsiones (Bruno, Cani y Ángel) además de dejar vivo a Marco Rubén, quien en las imágenes de televisión pareció haber sido amonestado dos veces sin ser expulsado. Puede que hubiera sido a otro jugador, en fin, en cualquier caso todo se blanqueará en el acta, Teixeira style, y sino ya lo veremos. Mientras, el Madrid, sin apenas hacer faltas, se fue con medio equipo tarjeteado, dos expulsiones de jugadores y otras tantas en el cuerpo técnico, además de un “mártir” (Callejón) cuya lesión fue en balde. Le auguro futuro a este árbitro, que además expulsó por segunda vez en su carrera a Mourinho. Ahora se hablará de los “malos modos” y la falta de “saber perder” del Madrid, y no de los arbitrajes desquiciantes que estamos sufriendo. Curioso contraste con los que clamaban ante los supuestos robos del Madrid en Vallecas o Villamarín. Así son estos manipuladores de mierda, no como coletilla sino como complemento directo, es pura mierda todo lo que tocan. 

7. Seis puntos. Creo que todos habríamos firmado una ventaja de seis puntos faltando diez partidos para terminar la Liga, sería de tontos no hacerlo. Pero tampoco vamos a mirar para otro lado, la situación es preocupante. Dos empates seguidos, con los mismos errores de concentración y la misma falta de frialdad, picando siempre el anzuelo de los equipos marrulleros, como ante el Levante en la primera vuelta. Por no hablar de los problemas físicos ahora que se avecina lo más duro del calendario. Y por supuesto, la cuestión arbitral hace muy complicado pensar en llevarnos muchos partidos igualados, sabiendo hacia dónde van a remar. Todo esto pone nervioso al equipo y al entorno, pero hay que dejar que el fútbol, nuestro fútbol, se imponga. La labor psicológica se me antoja fundamental.
            Por Civ//Civ edita El cuarto Tiempo 

    0 comentarios:

    Publicar un comentario